El invencible verano de Liliana
Cristina Rivera Garza
El invencible verano de Liliana
Literatura Random House, 2021, 302 pgs.
México
es bien conocido, tristemente, por su alta tasa de feminicidios. La autora de
este libro, a caballo entre la autoficción y la investigación periodística,
perdió a su hermana pequeña, Liliana, cuando ésta sólo contaba veinte años,
precisamente asesinada por su pareja.
Y Rivera Garza ha tenido que esperar
treinta años para que el dolor medio la dejara escribir este libro sobre su
hermana Liliana, un ser de luz, una chica llena de vida y proyectos que vio
truncados en el esplendor de su juventud. Aficionada a la natación, la lectura,
la música, el cine, el título del libro está tomado de una cita de Camus que
gustaba a Liliana. “En lo más crudo del
invierno aprendí que existe en mí un invencible verano”.
Cristina Rivera Garza hace un
retrato, pues, de la corta existencia de su hermana, centrándose sobre todo en
sus años de universidad, donde estaba estudiando en el momento de la tragedia
la carrera de arquitectura en la Universidad de Ciudad de México, adonde se
había trasladado desde Tulca, una pequeña localidad donde vivían sus padres,
gente normal de clase media, ingeniero agrónomo él, mater amatisima ella.
Liliana era muy sociable, tenía muchos amigos, habitaba en un pequeño cuarto en
el apartamento de una familia, intentaba vivir libremente su sexualidad, sin
ser promiscua pero sí desacomplejada. Era muy carismática y todo el mundo
parecía quererla. Su hermana, en buena parte del libro da voz a sus amigos y
compañeros de facultad, así como transcribe cartas y fragmentos de sus diarios,
pues Liliana era aficionada también a escribir. Con todo este material
obtenemos un retrato cercano de una chica llena de vida que tenía un póster del
Che Guevara, fumaba, escuchaba a Silvio Rodríguez o Lucha de gigantes de
nuestro malogrado Antonio Vega, que echaba unas horas en la cafetería de su
primo para sacarse unos pesos, el mismo primo con el que iba muchos domingos a
largas sesiones de cine. Liliana, tan llena de vida, otra víctima más de un
crimen machista que además quedó impune según se nos dice, en un país donde se
cuentan por miles las mujeres víctimas de la violencia.
Cristina es hoy una escritora
conocida, una profesora de escritura creativa en varias universidades
internacionales. Sus padres son ya octogenarios, ella ha intentado reabrir la
causa de su hermana. La familia, los tres que quedan, se mantienen unidos en el
recuerdo de Liliana. Cristina, también nadadora, se sorprendió hace unos meses
en una crisis de llanto en una piscina al recordar sus baños con su hermana.
Este libro testimonial debería servirnos para recapacitar, y a los hombres,
para tratar exquisitamente, cada vez más, a las mujeres.
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