Steve Bannon

                                                 Steve Bannon, el gran manipulador.

Pienso que la política no debe ser algo importante en la vida de una persona adulta y con un mínimo de formación y cosas por hacer en un proyecto vital mínimamente rico. Otra cosa es la gente desclasada o tristemente excluida o fanatizada por los medios de comunicación o el entorno familiar o el simple aburrimiento.

Viendo este documental sobre el gurú de la extrema derecha no hago sino reafirmarme en lo dicho, pues Bannon se deja, diría que torpemente, retratar como un cutre manipulador sin oficio ni beneficio, al pairo de todos los pobre diablos extremistas fanatizados que pretenden acabar con el modo de vida que nos hemos dado en Occidente tras derrotar a la pesadilla nazi. Hay o ha habido, y temo que va para largo, gobiernos populistas de extrema derecha en el mismísimo corazón de ese Occidente rico y aburrido (probablemente una de las causas de estos movimiento sea el aburrimiento que a mucha gente produce vivir en democracia, sin más sobresaltos que los económicos o de salud, o familiares) y el pobre diablo que sale en este documental desayunando huevos con bacon o calzándose unas cutres zapatillas deportivas consigue reunir a muchos de estos populistas vacuos a su alrededor en un intento de apoderarse del mundo civilizado. Creo o quiero creer que están lejanos los tiempos en los que un antiguo cabo austriaco iba por Alemania soltando soflamas estúpidas, parecidas a las que lanzan de nuevos estos pobres personajes. Ojalá no llegue la sangre al río.