Apaciguar a Hitler...
Tim
Bouverie
Apaciguar
a Hitler
Debate,
2021.
672
pgs.
El
pasado siglo XX fue terrible, pese a lo terrible que ha sido siempre la
historia del ser humano no se ha visto ningún siglo como el pasado y no creo
que se vuelva a ver mientras exista vida humana en el planeta. Dos guerras
mundiales, el totalitarismo nazi-fascista y el comunista-estalinista, más
después una larga guerra fría con más muertes y terror todavía.
Y Alemania, ese país de
genios como Kant o Beethoven o Thomas Mann o Bach tuvo buena parte de culpa de
esos horrores, al menos fue causante casi directo de la Gran Guerra y causante
en solitario de la segunda. La denominada Gran Guerra o Primera Guerra Mundial
fue diseñada por unos políticos irresponsables,
henchidos de nacionalismo y prejuicios, y dejó en Europa más de diez
millones de muertos y un clima de pesimismo y de derrota y de fin de muchos
años de estabilidad.
Luego vinieron los felices años
veinte, donde la gente, harta de tanta tragedia, se dedicó a disfrutar de la
vida, al menos quienes pudieron, y fue una época de esplendor de las artes y la
cultura. Pero llegó la crisis del 29 y vuelta a empezar.
Alemania, como sabemos, perdedora en
la Gran Guerra, recibió un gran castigo de los aliados con el Tratado de
Versalles. La naciente República de Weimar se vio desde el principio envuelta
en disturbios, crisis, hiperinflación y, sobre todo desde 1929, hambre. En este
clima llegó al poder un oscuro hombre, Adolf Hitler, arropado por una serie de
asesinos como él mismo, instauró pronto un régimen de terror y planeó, en su
locura genocida, apoderarse del mundo.
Y no tardó esa pandilla de gánsteres
en arrojarse sobre Europa. Los dos o tres años anteriores a la guerra fueron
una verdadera pesadilla para los dirigentes europeos, y Tim Bouverie nos relata
en este ameno libro los pormenores de lo conocido como “el apaciguamiento”, la
política que Francia e Inglaterra, con Daladier y Chamberlain al frente,
desarrollaron frente a los nazis con el vano propósito de evitar otra guerra.
Difícil es juzgar hasta qué punto
los Aliados fueron cobardes ante los delirios de Hitler, viendo cómo engullía
país tras país mientras ellos firmaban con los alemanes tratado de paz tras
tratado de paz. Chamberlain, como digo premier británico, fue el ideólogo de
este política de “appeasement”, secundado por buena parte de sus ciudadanos,
que obviamente no querían volver a morir en los campos de Europa. Halifax y
otra suerte de prohombres tories
secundaron a Chamberlain, pero se encontraron con la decidida oposición de
Churchill, secundado por parte de los propios tories y algunos laboristas y
liberales de la oposición. El final es de todos conocido, una hecatombe que
segó casi cien millones de vidas y dejó Europa reducida a cenizas. Bouverie da
muchos detalles de todos los intríngulis de esta política de salón, aunque rara
vez se para en análisis, y se nota cierta simpatía hacia la sin duda buena
voluntad de Neville Chamberlain. El resto es historia…..
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