Carta radio clásica






Estimada Paloma:

            En primer lugar, quería felicitarla por su reciente nombramiento, valoro los intentos de cambiar la gestión de RTVE, despolitizarla y hacer por el aumento de la calidad de los contenidos, aunque pienso que para tal fin sería, mejor que el concurso, el sistema de la BBC y blindado en la Constitución (como debería ocurrir también con las pensiones, pero ese es otro asunto), pero le deseo toda la suerte. Descubrí hace poco el programa La sala, que apenas he escuchado debido a su horario pero pretendo hacerlo ahora, a unas horas más adecuadas.

            El motivo de estas letras es participarle de la situación, desde hace ya algunos años, de la emisora de la casa, Radio clásica, sometida a mi juicio y el de otras muchas personas a demasiados vaivenes, que le restan calidad y credibilidad. El año 2008 sufrió un sorprendente cambio de dirección, fruto de todos los males actuales, que se reparó un poco con el nombramiento, dos años después, de Ana Vega Toscano, pero se volvió a las andadas en el 2014 con la elección de Carlos Sandúa, un buen profesional cuando está bien dirigido pero un pésimo director, siempre a mi entender y, le puedo asegurar, el de otra mucha gente. Predomina un gusto por lo populachero y chabacano, el crossover, las entrevistas, las bandas sonoras, en fin, contenidos todos muy alejados de la música clásica, de los grandes compositores de siempre y las vanguardias.  Desgraciadamente, y eso no tiene ya solución, muchos de los grandes profesionales de siempre se han jubilado, prejubilado o han muerto recientemente y han sido sustituidos, lamento decirlo así, por gente nueva con escaso amor por la música de calidad y aficionados a programar esos contenidos que le digo, impropios de una emisora de la trayectoria y calidad de lo que durante tantos años ha sido Radio clásica.

            No pretendo molestarla ni influenciarla, ni le pido un nuevo nombramiento, sabedor de que no depende de usted; (además sé de lo provisional de su situación), pero sí al menos transmitirle un malestar bastante generalizado ante una situación de merma de calidad y seriedad.

            Le transmito así, a título informativo, esta queja-admonición por si tuviera  a bien elevarla a sus superiores y someterlo, al menos, a discusión. Le deseo lo mejor en todos los ámbitos de su vida profesional y privada y le quedo agradecido…un cordial saludo….



Antonio Meroño Campillo….


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