Inocencio X
Inocencio
X
Me gusta Francis Bacon, me gustan
esas figuras de carne tumefacta, las variaciones, sobre todo las del Papa
Inocencio X de Velázquez. Pinto, o al
menos intento pintar y tengo mis maestros: me gustan los maestros antiguos y no
creo ser original en preferir sobre todos los demás a Velázquez. Pintar me
viene muy bien para mis desarreglos nerviosos: hace unos años tuve una grave
crisis que me hizo acabar en una clínica. Me cuesta dormir pese a que todas las
noches tomo un idalprem. Me siento adormilada y con la boca pastosa después de
un sueño demasiado corto y siempre agitado y sólo tras el té con leche del
desayuno logro espabilarme un poco, lo suficiente para ir a trabajar.
Doy clases en la escuela de artes y
oficios y mis cuadros se venden bien, lo que me permite tener un apartamento
con un estudio y comer lo que me apetece. Me considero una privilegiada y una
persona relativamente feliz.
Bacon es, junto con Saura, el pintor
de la segunda mitad del pasado siglo que prefiero. Juan no entiende mi fijación
por esos cuerpos sanguinolentos, esos obsesivos retratos de sus amantes. “Era un
pervertido, un sadomasoquista”, suele decirme.
Vi hace poco la película de John
Maybang en filmin y me gustó. Derek Jacobi logra un parecido asombroso y está
genial, como de costumbre, y
Daniel
Craig me sorprendió en el papel de George Dyer. El film tiene mucho de figurativo, casi diría que de
expresionista. Narra con bastante fidelidad la tumultuosa relación que tuvieron
los dos, las crisis depresivas de este chulillo encumbrado a la categoría de
hombre de su vida del genial pintor, el ampuloso a la vez que gris estilo de
vida de Bacon y así hasta el suicidio final de Dyer cuando acompañaba a su
novio a su definitiva consagración, la exposición en el Grand Palais de París.
Mi
última exposición versó en torno a la Praga de Kafka, sin duda uno de los
centros artísticos y culturales del mundo en aquellos años de principios del
siglo XX. Vendí varias obras pese a esta sempiterna crisis. La política no me
interesa demasiado, le presto poca atención, pero creo que el modelo de
capitalismo salvaje que se ha impuesto con la globalización nos conduce
inexorablemente al desastre.
El documental de Low lo vi hace unos
veranos, tarde, en la dos, me gustó, refleja muy bien la personalidad de Bacon,
un outsider, autodidacta, probablemente sadomasoquista y desde los cuarenta
años bastante rico. Quizás Saura me llegue más, he visto muchos de sus cuadros
en museos y galerías y diría que supo entender como pocos el proceso de
deshumanización y los horrores del siglo XX.
Me gusta leer, cuando no estoy
trabajando o viendo cine suelo estar leyendo, prefiero a los anglosajones,
siempre he creído que la literatura escrita en inglés es superior a las demás.
Los ingleses viven muy encerrados en sí mismos y eso hace que en cada
generación surjan grandes escritores, aunque
en
los últimos años ha decaído bastante, no encuentro hoy ningún autor de la talla
de Joyce, Faulkner, Scott Fitzgerald.
Me gusta pasear y tomar café y comer
de menú, tomo el aire y veo gente y estoy en contacto con una realidad de la
que mi trabajo tiende a apartarme. Los fines de semana salgo a tomar fotos, a
hacer bocetos, voy a barrios marginales, me mezclo con los inmigrantes. Voy
mucho a la playa a ver el mar, nunca deja de asombrarme su vastedad, el que nos
vaya a sobrevivir a todos.
No me interesan los debates en torno
a si arte figurativo o abstracto, me gusta la buena pintura, como la buena
literatura, más allá de etiquetas o corrientes.
Soy heterosexual, pero hace unos
años pasé una noche de placer con Laura, mi mejor amiga desde el colegio.
Salimos solas, bebimos bastante y acabamos en casa. Estábamos charlando y sentí
unas ganas irresistibles de besarla en la boca y lo hice. Nos metimos en la
cama e hicimos el amor, con intercambio de fluidos. Le metí mis dedos en la
vagina, ella metió los suyos en la mía, le chupé todo, los pechos, el clítoris,
las dos nos corrimos varias veces, entre gemidos y mucha excitación. Dormimos
abrazadas. Nunca hemos vuelto a hacerlo ni ha vuelto a salir el tema entre
nosotras. No sé lo que pasó, a las dos nos apetecía y lo hicimos. Nos seguimos
viendo a menudo y creo que no ha vuelto a surgir el deseo entre nosotras, o
quizás sí y no queremos dar otro paso. Ella está felizmente casada y tiene dos
niños, los misterios del amor y de la pasión son insondables y las relaciones
humanas, muy complejas.
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