Alegría
Manuel
Vilas
Alegría
Finalista
premio planeta 2019.
A
esta magnífica novela de Manuel Vilas, el escritor de moda, le viene al pelo la
cita de Tolstoi de que todas las familias felices se parecen y las infelices lo
son cada una a su manera. Vilas perdió a su padre en 2005 y a su madre en 2014
y eso le llevó a escribir la exitosa Ordessa, que no he leído pero que trata
sobre esas muertes y su proceso de duelo, y ahora aparece alegría, que no habla
exactamente de cómo murieron sus padres, ahorrándonos detalles escabrosos pero
que es un lamento por su pérdida y una apología de sus virtudes, sobre todo de
las de su padre.
Perder a los seres queridos es lo
más jodido de la vida, perder a tus padres, por mucho que sea ley de vida,
siempre te deja al borde del camino, solo, enfrentado a tus fantasmas, sin
pasado y con un futuro que tú te debes construir ya huérfano y con pocos
referentes. Es lo que se llama ser adulto, pero no tiene maldita la gracia. Mis
padres, pese a ser de edad ya algo avanzada viven, y lo hacen de momento sin
demasiados achaques, pero sé que no es lo normal, pues de mis amigos de toda la
vida sólo Miguel y yo conservamos vivos a nuestros padres.
Lo que hace aquí Manuel Vilas es
narrar su día a día durante más o menos un año, a raíz de la fama de su novela
Ordessa. Y en ese peregrinar por ciudades y hoteles coge su ordenador e intenta
ordenar su vida de huérfano recordando a sus padres, recordando su infancia,
haciendo recuento de su pasado, de sus años junto a ellos. Así, aparecen sus
años de colegio, la España de los setenta, de un niño aplicado en los estudios
y en los deportes, de una familia de
clase media-baja de la España de fines del franquismo, de un niño que adora a
su padre, que para él ha sido un modelo, alguien intachable .Ahora, divorciado
y vuelto a casar con una norteamericana, tiene a su vez dos hijos veinteañeros
a los que ve poco pero adora, e intenta ser un buen padre, como el suyo lo fue
con él. Es por lo tanto todo un recorrido sentimental por la España de los
últimos cincuenta años, que me pilla muy cerca pues también es la mía: el autor
tiene cinco años más que yo por lo que todo lo que cuenta me es muy cercano, y
es más, me parece cosa mía. Tiene muchas obsesiones, muchas manías, mucha
nostalgia y mucho miedo, miedo a la muerte y miedo a la vida. Novela de lo que
ahora está tan en boga, la autoficción, escrita con agilidad, no se nota
demasiado que es un encargo, se lee apasionadamente, me ha parecido un gran
libro.
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